Le invito a un viaje a un bosque oscuro y frío en Suffolk, Inglaterra, en los últimos días de diciembre de 1980. En el apogeo de la Guerra Fría, este bosque se encontraba entre dos de las bases militares más importantes de la OTAN: RAF Bentwaters y RAF Woodbridge. Juntas, albergaban la mayor ala de cazas tácticos de la Fuerza Aérea de EE.UU. en Europa y, según se informa, una de las mayores reservas de armas nucleares de la OTAN. Los hombres que vigilaban estas bases eran la élite, entrenados para responder a la amenaza de una guerra nuclear en cualquier momento.
Durante tres noches consecutivas, estos profesionales altamente capacitados se convirtieron en los testigos principales del que es, posiblemente, el incidente OVNI mejor documentado y más creíble de la historia. Olvide los relatos ambiguos de luces lejanas. Esto fue un encuentro cercano del tercer tipo, con múltiples testigos militares, evidencia física, lecturas de radiación y una grabación de audio oficial de un subcomandante de base persiguiendo un objeto no identificado a través del bosque.
Esto no es Roswell, con sus testimonios recuperados 50 años después. Esto sucedió en tiempo real, documentado por los propios militares. Por eso se le conoce como el «Roswell de Gran Bretaña». Hoy, vamos a abrir este expediente, a escuchar las cintas y a examinar la evidencia de un evento que el Ministerio de Defensa británico intentó enterrar durante décadas.
El escenario: una fortaleza nuclear en suelo británico
Para comprender la magnitud de este incidente, es crucial entender dónde ocurrió. RAF Bentwaters y RAF Woodbridge no eran bases ordinarias. Eran la primera línea de defensa y ataque de la OTAN contra la Unión Soviética. Los hombres estacionados allí eran profesionales de élite, no propensos a la histeria o a confundir las luces de un faro. Estaban entrenados para identificar cualquier tipo de aeronave, convencional o soviética. Su trabajo consistía en proteger un arsenal nuclear. Lo que vieron, por lo tanto, debe ser evaluado a través de la lente de su pericia y su responsabilidad.
La primera noche (26 de diciembre de 1980): contacto físico
Alrededor de las 3:00 AM, los guardias de la puerta este de RAF Woodbridge informaron de extrañas luces descendiendo en el bosque de Rendlesham. Creyendo que podría ser un avión estrellado, se envió una patrulla de seguridad de tres hombres, dirigida por el sargento Jim Penniston.
Lo que encontraron no fue un avión. Según el testimonio jurado de Penniston y sus hombres:
- El objeto: En un pequeño claro, encontraron un objeto metálico, triangular y de color negro mate. Medía unos 2-3 metros de base y 2 metros de alto. Flotaba o estaba sobre unas patas. Tenía luces azules y rojas parpadeantes y una luz blanca brillante en la parte superior.
- Características extrañas: El aire alrededor de la nave estaba cargado de electricidad estática. La nave estaba caliente al tacto y cubierta de extraños símbolos jeroglíficos, similares a los jeroglíficos egipcios.
- El contacto: Penniston se acercó y tocó uno de los símbolos en la superficie de la nave. En el momento en que lo hizo, experimentó lo que describió como una «descarga» de información en su mente: una corriente de ceros y unos, un código binario.
- La partida: Después de unos 45 minutos de observación, las luces del objeto se intensificaron y despegó silenciosamente, maniobrando entre los árboles a una velocidad increíble antes de desaparecer.
La tercera noche (28 de diciembre de 1980): la investigación del coronel Halt
Después de que los informes de la primera noche fueran tratados con escepticismo por sus superiores, las luces regresaron dos noches después. Esta vez, el subcomandante de la base, el teniente coronel Charles Halt, decidió dirigir la investigación él mismo, acompañado por un pequeño equipo. Llevaba consigo una grabadora de microcasetes para documentar los eventos. Esa cinta de audio de 18 minutos es, quizás, la pieza de evidencia OVNI más extraordinaria que existe.
La evidencia en el lugar del aterrizaje
Halt y su equipo se dirigieron primero al claro donde Penniston había encontrado la nave. Lo que encontraron fue evidencia física corroborante:
- Marcas en el suelo: Tres depresiones en el suelo en una formación triangular, exactamente donde se había visto el tren de aterrizaje del objeto.
- Daño en los árboles: Las ramas de los pinos cercanos estaban rotas y las cortezas dañadas, indicando la trayectoria de descenso y ascenso del objeto.
- Radiación: Utilizando un contador Geiger, Halt registró niveles de radiación en las tres depresiones y en el árbol central del claro. En su grabación, se le oye decir: «Y estamos obteniendo lecturas de radiación positivas… oh, vaya». En su memorando oficial, escribió que las lecturas eran «significativamente más altas que el fondo normal».
La persecución a través del bosque
Mientras investigaban, la luz que habían visto antes reapareció, más brillante que nunca, al otro lado del campo. La cinta de Halt captura la tensión y el asombro del momento:
Halt (en la cinta): «Ahí está de nuevo… mírala… está volviendo hacia nosotros… Esto es extraño… parece que está goteando metal fundido o algo así…».
Halt y su equipo persiguieron la luz a través del bosque. Describieron un objeto rojo y pulsante que se movía entre los árboles, con un centro oscuro como un «ojo». El objeto luego se movió hacia un campo, donde se dividió en cinco objetos blancos separados que desaparecieron en el cielo a una velocidad vertiginosa.
Poco después, vieron objetos en el cielo, a gran altura, realizando maniobras en ángulo recto y emitiendo haces de luz hacia el suelo, uno de los cuales, según Halt, cayó directamente en o cerca de las áreas de almacenamiento de armas de la base.
La evidencia innegable: el memorando y el audio
Lo que distingue a Rendlesham de otros casos es la evidencia oficial.
- El «Memorando Halt»: Semanas después del incidente, el coronel Halt escribió un memorando oficial para el Ministerio de Defensa británico, titulado «Luces inexplicadas». En él, detalla los eventos de las noches, las marcas en el suelo y las lecturas de radiación. Este documento, obtenido años después a través de la Ley de Libertad de Información, es la «pistola humeante» del caso. Es una admisión oficial de un alto mando militar de un encuentro con un OVNI.
- La cinta de Halt: La grabación de audio es aún más poderosa. Permite escuchar en tiempo real el asombro, la confusión y la creciente alarma de un oficial de la Fuerza Aérea de alto rango y su equipo mientras se enfrentan a algo que no pueden explicar.
El mensaje binario: ¿coordenadas de una civilización perdida?
Años después, Jim Penniston finalmente transcribió los miles de ceros y unos que llenaban su cuaderno desde aquella noche. Con la ayuda de expertos, el código fue decodificado. El mensaje, según Penniston, era asombroso. Incluía:
- El texto: «EXPLORATION OF HUMANITY. 666 8100. 52.0942532N 13.131269W (HY-BRASIL). CONTINUOUS FOR PLANETARY ADVANCE.»
- Coordenadas: Una serie de coordenadas que apuntaban a lugares de interés antiguo y anómalo en todo el mundo, incluyendo las Líneas de Nazca en Perú, el Templo de Apolo en Grecia, la Gran Pirámide de Giza y la mítica isla de Hy-Brasil, una isla fantasma que aparecía en los mapas medievales al oeste de Irlanda.
- Un origen: El código también contenía las coordenadas de origen de los «exploradores», que apuntaban a un sistema estelar binario.
El mensaje parecía ser de una especie de sonda de una civilización que se identificaba como viajeros en el tiempo, explorando a la humanidad en diferentes puntos de su desarrollo.
El encubrimiento y las explicaciones oficiales
Durante años, el Ministerio de Defensa británico negó la importancia del evento, afirmando que no representaba «ninguna amenaza para la defensa nacional». Intentaron explicar las luces como el faro de Orford Ness, un meteoro brillante o bromas de los aviadores.
Sin embargo, ninguna de estas explicaciones puede dar cuenta de:
- Las múltiples noches de avistamientos por parte de docenas de testigos militares entrenados.
- Las marcas físicas triangulares en el suelo.
- Las lecturas de radiación confirmadas por el subcomandante de la base.
- La grabación de audio de un coronel persiguiendo un objeto que dispara haces de luz.
- El detallado testimonio de contacto físico de Jim Penniston.
En conclusión, el incidente del bosque de Rendlesham sigue siendo el caso OVNI más sólido del Reino Unido y uno de los más convincentes del mundo. No se basa en recuerdos borrosos o en testigos civiles poco fiables. Se basa en el testimonio de personal militar en servicio activo, en el lugar más sensible de la Guerra Fría, y está respaldado por evidencia física, radiológica y documental oficial.
Rendlesham nos deja con una verdad ineludible: algo de origen desconocido, con una tecnología muy superior a la nuestra, interactuó con personal militar estadounidense en una base nuclear. El evento fue documentado, investigado y luego sistemáticamente encubierto. Las preguntas que quedan no son sobre si algo sucedió, sino sobre qué era, de dónde vino y qué mensaje intentaba transmitir.








