La verdad sobre el incidente del Golfo de Tonkin y la guerra de Vietnam

Descubra la verdad sobre el Incidente del Golfo de Tonkin, el evento que desencadenó la Guerra de Vietnam. Analizamos cómo un ataque que nunca ocurrió fue fabricado y vendido al público como pretexto para una guerra que costó millones de vidas. Un caso de estudio de una bandera falsa.

Le invito a examinar un fantasma. Un evento que, a pesar de haber sido desmentido por sus propios protagonistas y desclasificado como una fabricación, sigue siendo enseñado en muchos libros de historia como el punto de partida de uno de los conflictos más sangrientos y divisivos del siglo XX. Hablamos del Incidente del Golfo de Tonkin, el supuesto ataque no provocado que dio al presidente Lyndon B. Johnson el cheque en blanco que necesitaba para sumergir a Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.

La historia que se contó a un público confiado en agosto de 1964 fue una de agresión comunista y valiente defensa estadounidense. Una narrativa simple de buenos contra malos que unió a una nación y a un Congreso detrás de su presidente. Pero la verdad, enterrada durante décadas bajo el sello de «Top Secret», es una historia mucho más oscura. Es la crónica de una operación de bandera falsa de manual, un pretexto fabricado a partir de la confusión, la manipulación de la inteligencia y la mentira descarada para justificar una guerra que la élite política ya había decidido librar.

Hoy, vamos a navegar por las turbias aguas del Golfo de Tonkin. Vamos a separar los hechos del primer incidente de la ficción del segundo. Y vamos a ver, a través de documentos desclasificados de la NSA y las confesiones de los hombres que estaban al mando, cómo se construye una mentira para arrastrar a una nación a la guerra. Este no es solo un capítulo de la historia; es una lección vital sobre cómo se fabrica el consentimiento para la guerra.

El escenario: operaciones encubiertas y provocaciones

Para entender el incidente, debemos entender el contexto de 1964. Estados Unidos ya estaba profundamente involucrado en Vietnam, apoyando al régimen de Vietnam del Sur contra la insurgencia comunista del Viet Cong y su patrocinador, Vietnam del Norte. Sin embargo, el papel de EE.UU. era principalmente de «asesoramiento». El presidente Johnson, que se enfrentaba a una elección ese año, había hecho campaña con la promesa de no «enviar a los chicos estadounidenses a luchar en una guerra asiática».

Pero entre bastidores, la administración Johnson estaba buscando un pretexto para una escalada militar. Bajo un programa de operaciones encubiertas altamente secreto, con el nombre en clave Operación 34A, la CIA y la Marina de EE.UU. estaban llevando a cabo ataques clandestinos contra la costa de Vietnam del Norte, utilizando comandos survietnamitas y lanchas rápidas.

Al mismo tiempo, la Marina de EE.UU. realizaba misiones de espionaje electrónico, conocidas como patrullas De Soto, enviando destructores equipados con equipo de vigilancia a las aguas de la costa norvietnamita para interceptar sus comunicaciones.

En resumen, lejos de estar en una postura pasiva, Estados Unidos estaba provocando activamente a Vietnam del Norte. El Golfo de Tonkin no era un remanso de paz; era un barril de pólvora.

El primer incidente (2 de agosto de 1964): el ataque real

El 2 de agosto de 1964, el destructor USS Maddox estaba llevando a cabo una de estas patrullas De Soto. Al mismo tiempo, y muy cerca, se estaba produciendo un ataque de la Operación 34A contra las islas norvietnamitas. Para los norvietnamitas, el Maddox no era un observador pasivo, sino parte de una operación hostil coordinada.

En respuesta, tres lanchas torpederas norvietnamitas salieron a interceptar al Maddox. Se produjo un breve enfrentamiento. Las lanchas torpederas dispararon torpedos y ametralladoras; el Maddox respondió con sus cañones. Aviones de combate del cercano portaaviones USS Ticonderoga se unieron a la batalla, dañando las lanchas norvietnamitas. El Maddox sufrió daños mínimos (un solo agujero de bala).

Este primer incidente fue real. Fue un enfrentamiento naval provocado por las operaciones encubiertas de EE.UU. Pero no fue el «ataque no provocado» que la administración Johnson describió. Y, lo que es más importante, no fue el evento que desencadenó la guerra. Ese honor le corresponde al fantasma que apareció dos noches después.

El segundo incidente (4 de agosto de 1964): el ataque que nunca ocurrió

Tras el primer enfrentamiento, el presidente Johnson ordenó al Maddox que continuara su patrulla, y le envió un segundo destructor, el USS Turner Joy, como refuerzo. En la noche del 4 de agosto, en medio de una tormenta tropical, con mar gruesa y visibilidad casi nula, ocurrió el supuesto «segundo ataque».

Los operadores de sonar de ambos barcos comenzaron a informar de múltiples contactos de torpedos. Los vigías creyeron ver estelas de torpedos en el agua. Durante casi cuatro horas, los dos destructores maniobraron frenéticamente, disparando cientos de proyectiles contra «enemigos» que nunca vieron.

Sin embargo, casi desde el principio, la evidencia fue contradictoria y confusa:

  • Pilotos sin visión: Los pilotos de los aviones que sobrevolaban la escena informaron que no podían ver ningún barco enemigo, a pesar de que los destructores informaban de un combate intenso. El comandante James Stockdale, uno de los pilotos, declaró más tarde: «Tuve el mejor asiento de la casa para ver ese evento, y nuestros destructores solo estaban disparando a objetivos fantasma… no había ni un solo barco vietnamita allí».
  • Sonaristas nerviosos: Los operadores de sonar eran jóvenes e inexpertos. El capitán del Maddox, John Herrick, pronto comenzó a dudar de sus propios informes, enviando un cable a Washington en el que advertía que las «condiciones meteorológicas anormales» y un «sonarista demasiado ansioso» podrían ser los responsables de los supuestos contactos. Sugirió una «evaluación completa» antes de tomar cualquier medida.
  • Sin confirmación visual ni física: No hubo ni un solo avistamiento confirmado de un barco enemigo. No se recuperaron restos de torpedos. No hubo ni un solo impacto en ninguno de los dos barcos estadounidenses.

En Washington, el Secretario de Defensa Robert McNamara presionó agresivamente a los comandantes en el terreno para que confirmaran el ataque. Ignoró los cables que expresaban dudas y seleccionó únicamente la inteligencia inicial, a menudo defectuosa, que apoyaba la narrativa de un segundo ataque no provocado.

La fabricación del «casus belli» y la Resolución del Golfo de Tonkin

A pesar de la falta total de pruebas concluyentes y de las crecientes dudas de sus propios comandantes, la administración Johnson decidió actuar como si el segundo ataque fuera un hecho irrefutable. Esa misma noche, el presidente Johnson se dirigió a la nación por televisión:

«Agresiones renovadas y hostiles contra barcos de Estados Unidos en alta mar en el Golfo de Tonkin me han obligado hoy a ordenar a las fuerzas militares de Estados Unidos que tomen represalias.»

Fue una mentira deliberada. Basándose en este ataque fantasma, Johnson presentó al Congreso la Resolución del Golfo de Tonkin. La resolución, redactada semanas antes, autorizaba al presidente a «tomar todas las medidas necesarias, incluido el uso de la fuerza armada, para repeler cualquier ataque armado contra las fuerzas de los Estados Unidos y para prevenir futuras agresiones».

El Congreso, engañado y presionado en un momento de crisis nacional, aprobó la resolución casi por unanimidad. Fue, en efecto, una declaración de guerra en todo menos en el nombre. La puerta para la escalada masiva en Vietnam estaba abierta. En los años siguientes, más de 500,000 soldados estadounidenses serían enviados a Vietnam, y más de 58,000 morirían, junto con millones de vietnamitas, en una guerra justificada por un ataque que nunca ocurrió.

La verdad desclasificada: las confesiones y los documentos de la NSA

Durante años, la versión oficial se mantuvo. Pero la verdad comenzó a filtrarse.

  • Confesiones: En la década de 1990, el propio Robert McNamara admitió en sus memorias y en el documental «The Fog of War» que el segundo ataque del 4 de agosto «nunca ocurrió».
  • Documentos de la NSA: En 2005, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) desclasificó su propia historia interna del incidente. El informe, escrito por el historiador de la NSA Robert J. Hanyok, fue devastador. Concluía que los analistas de la NSA en 1964 habían «tergiversado deliberadamente» la inteligencia de señales, seleccionando solo las pruebas que apoyaban la idea de un ataque y ocultando las que la contradecían. El informe afirmaba sin rodeos que «no hubo ningún ataque».

La verdad era ahora innegable y oficial: la administración Johnson había mentido a sabiendas al Congreso y al pueblo estadounidense para llevarlos a la guerra.

El Incidente del Golfo de Tonkin es uno de los casos más claros y documentados de una operación de bandera falsa en la historia moderna. No fue un simple error de inteligencia. Fue una manipulación deliberada de la información para lograr un objetivo político predeterminado.

Nos enseña una lección crucial: que el primer borrador de la historia, especialmente el escrito en el fragor de una crisis por aquellos que están en el poder, rara vez es la verdad. Y nos recuerda que el patriotismo y la confianza en nuestros líderes, cuando no van acompañados de un escepticismo saludable y una demanda de pruebas, pueden ser las armas más eficaces para arrastrarnos a la catástrofe.

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